Colaboradores
Diego Velayos
Fotografía
Gemma Aparicio
La búsqueda incesante de Fran Silvestre, sumada a la enorme cultura y acertado criterio del singular cliente, empujan al proyecto hacia una nueva frontera, revisando el tema de la casa transparente, que, en este caso, se funde con la parcela, y a la vez, permite la independencia respecto de la agresiva construcción colindante.A su vez, este gesto, define la solución estructural de la vivienda.
Una cubierta flotante. Una “T” tumbada, buscando que el enorme plano vertical sirva de barrera para aislar la vivienda, a la vez que aporte la rigidez estructural necesaria para conseguir voladizos de más de 11m. Y, sin embargo, dicho plano esconde sus apoyos, pues se desplazan hacia el interior de la vivienda y se ocultan en el núcleo cerrado del programa habitacional. Así, la cubierta parece flotar sobre la caja de vidrio, acentuando la ligereza de la solución, guardando su secreto en el interior, resaltando la importancia de lo que no se ve.
Al tratarse de una cubierta no transitable, se proyecta una solución ligera, en acero, con dos líneas principales de carga: el plano vertical y una viga armada de canto variable, para ocultarse de la vista desde la parcela. Entre ambas líneas, un forjado ligero de chapa grecada colaborante y panel sándwich, sobre correas metálicas. El acero permite evitar los problemas de la flecha diferida, propia del hormigón. Sin embargo, el objetivo de poder abrir la casa completamente, conduce al efecto marquesina por la acción del viento, que se convierte en el principal reto estructural de la ligera cubierta.