Una gran sombra para cubrir el conjunto. Una marquesina centrífuga desde el patio central, vuela en pendiente para diluir el borde hasta el extremo de la línea geométrica.
Sobre tres pares de soportes metálicos se apoya un emparrillado de cerchas de acero, ocultas finalmente en el interior del cuerpo de la marquesina. De esta forma, las líneas estructurales colaboran en las dos direcciones principales, para resolver los voladizos de 15m en esquina. Las reducidas cargas verticales, dan paso a las importantes acciones del viento, por el efecto marquesina, que se convierten en las protagonistas del dimensionado. Los soportes, de sección tubular cuadrada, requieren de una base en forma troncopiramidal para poder soportar la situación accidental del impacto de un vehículo pesado de suministro.
Una de las esquinas resulta achaflanada para adaptarse a la huella de la parcela, y una de las diagonales deja de ser voladizo para incorporar un muro virtual de perfiles de acero que ayudan en la estabilidad horizontal.