La vivienda se implanta en tres niveles, uno bajo rasante, otro semienterrado por el desnivel de la parcela en dirección longitudinal, y un último totalmente sobre rasante.
El reto estructural del proyecto es la cubierta, configurada como un elemento inclinado y curvado, que forma un voladizo de aproximadamente 5m de longitud. El forjado de cubierta se escalona para permitir este voladizo, pasando de una losa maciza de hormigón de 30cm a 40cm, con un peto perimetral que unifica el espesor a 55cm de canto, y a su vez, permite realizar la solución de cubierta en este espesor interior sobre el forjado.
El principal elemento resistente de la cubierta es una viga descolgada en “L” de canto variable, por la inclinación de la cubierta. Esta viga apoya en un soporte metálico integrado en la celosía de fachada en uno de sus extremos y en un muro de 20cm de espesor en el otro. El enlace con el resto de elementos resulta fundamental para controlar la deformación diferida del forjado en voladizo.
Por último, cabe destacar el vuelo del cuerpo superior en el extremo opuesto de la vivienda, formado por los forjados de planta piso y cubierta. Éste emerge formando un voladizo de 4,1m desde el muro transversal de planta baja. Esto es posible gracias a la conexión de ambos forjados mediante el muro perimetral de planta piso que, pese a permitir la apertura de huecos en sus caras, forma una “caja” cerrando ambas esquinas aportando rigidez al cuerpo volado.
